24 de abril de 2017

RESUMEN DE "LOS GIRASOLES CIEGOS" DE ALBERTO MÉNDEZ



Variada, diferente documentación y diversos testimonios, va reconstruyendo la historia del Capitán Alegría, un narrador omnisciente parcialmente, pues según vaya encontrando nuevos datos, así va conociendo la historia ("ahora sabemos que…", "nos consta…", “sabiendo ahora lo que sabemos...”, “sabemos por los comentarios”, "todos los testimonios que hemos encontrado…")
El relato comienza cuando el capitán Alegría se entrega al bando opuesto exclamando: “¡Soy un rendido!”. Era una frase meditada porque primero se rindió y luego se entregó. Había que “elegir entre ganar una guerra o conquistar un cementerio” y él había rechazado ambas opciones (carta a su novia Inés, enero de 1938).
Sólo se escuchaba el silencio de la noche y el bombardeo a lo lejos sobre Madrid cuando cruzó entre las trincheras.
Su rendición comenzó dos meses atrás.
Pensaba que el sentido de la guerra sólo era mera supervivencia y una amalgama de crueldades tanto para la víctima como para el verdugo (carta a su profesor de Derecho Natural de Salamanca).
Había estado tres años en Intendencia controlando milimétricamente los suministros, escrutando la derrota. Al principio pensó que al enemigo le faltaba alma de ejército, pero se dio cuenta de que el problema es que era un “enemigo desarrapado y paisano” que no podía sino perder frente a los militares.