17 de septiembre de 2015

PROBLEMAS DE AUTORÍA DE "EL CONDENADO POR DESCONFIADO". ( II ).


Hemos visto en la PARTE I de esta entrada, que no todo está totalmente decidido en cuanto a la paternidad de las doce obras que aparecen en la edición de la "Segunda Parte de Comedias del Maestro Tirso de Molina".

Vamos a centrarnos en esta PARTE II de la entrada en los problemas concretos de autoría de "El condenado por desconfiado".

Esta obra ha tenido, hasta ahora, la atribución de seis autores diferentes como genios creadores:

el propio Tirso de Molina, bien solo o en creación conjunta con algún discípulo suyo,
● Félix Lope de Vega (1.562-1.635),
● Antonio Mira de Amescua (1,577.1.644),
● el conquense fray Alonso Remón (1,561-1.632),
● Juan Ruiz de Alarcón (1.580-1.639),
● y Andrés de Claramonte (1.560-1.626).

Analicémoslas.

● ATRIBUCIÓN A TIRSO DE MOLINA.

La atribución a Tirso de Molina se ha basado, por regla general, en el principio de autoridad, pero nunca en un análisis concienzudo y clarificador, que demuestre tal paternidad. De hecho, la generalidad de la crítica siempre ha destacado que esta obra distorsionaba con el típico ingenio y gracia tirsiana, incluso los que han mantenido su autoría.
Expondremos, pues, lo que se ha venido señalando respecto a la autoría de Tirso, por parte de algunos estudiosos de la literatura, mas al final llegaremos y mantendremos por nuestra parte, la misma conclusión que Ciriaco Morón,

"no está demostrado que lo escribiera Tirso y hoy parecen más fuertes los argumentos en contra de su autoría que los argumentos a favor (...).
Mientras un documento no permita conclusiones seguras sobre la autoría y la fecha de "El condenado", hoy el estudio de la lengua, la versificación y la estructura parecen demostrar que el drama no es de Tirso
".
[Morón, Ciriaco (ed.).- Tirso de Molina. El condenado por desconfiado. Madrid, Cátedra, 1.992 (10ª ed. revisada), pp. 11 y 20).]

De hecho, las últimas ediciones de "El condenado por desconfiado" se replantean la autoría, como Alfredo Rodríguez López Vázquez, hablando simplemente de “atribución” a Tirso de Molina.
[Rodríguez López Vázquez, Alfredo (ed.).- Tirso de Molina (atribuido a): El condenado por desconfiado. Luis Vélez: La Ninfa del Cielo. Madrid, Cátedra, 2.008.]


LO QUE DICEN LAS PRIMERAS EDICIONES (SS. XVII-XVIII).

La paternidad atribuida a Tirso de Molina de "El condenado por desconfiado" viene refiriéndose desde las primeras impresiones de la obra.


SUPUESTA EDICIÓN DE 1.616, INSERTA EN UNA SUPUESTA "SEGUNDA PARTE DE COMEDIAS DEL MAESTRO TIRSO DE MOLINA", REALIZADA EN MADRID.

Agustín Durán en sus “Apuntes biográficos sobre el Maestro Tirso de Molina”, que servían de introducción a su “Talía Española”, y que reprodujo Hartzenbusch en la edición de “Teatro escogido de Fray Gabriel Téllez, conocido con el nombre de ‘el Maestro Tirso de Molina’. Vol. I” [Madrid, Imprenta de Yenes, 1.839, pág. XVIII] señaló que hubo una

Parte II, publicada por Francisco Lucas de Ávila, sobrino del autor, en Madrid, 1.616. Reimpresa en Madrid 1635”,
conteniendo “El condenado por desconfiado”.
Esta posibilidad fue descartada tempranamente, como veremos más abajo. Por tanto, una edición en 1.616 no ha existido.

SUPUESTA EDICIÓN DE 1.626, INSERTA EN UNA DESCONOCIDA "PRIMERA PARTE DE COMEDIAS DEL MAESTRO TIRSO DE MOLINA", REALIZADA EN MADRID.

En efecto, se ha venido manejando una supuesta primera edición, de la que de momento no hay ningún ejemplar, de la Primera Parte de comedias”, realizada en Madrid, en 1.626, sin consentimiento de Tirso, y anterior a la edición sevillana, de la que sí hay constancia, de 1.627 [“Doce Comedias Nuevas del Maestro Tirso de Molina. Sevilla, Francisco de Lira, a costa de Manuel de Sandi, mercader de libros, 1.627], y que se hizo sin licencias, la cual a su vez tuvo una réplica, "Doze comedias nuevas del Maestro Tirso de Molina" en Valencia, en 1.631, falsificada, e impresa por Pedro Particio Mey [cfr.: Menéndez Pelayo, Marcelino.- «Tirso de Molina», in Estudios de Crítica literaria. Vol. II. Madrid, 1895; y también Bushee, A. H..- "The Five Partes of Tirso de Molina", in Hospanic Review, III (1.935), pp. 89-102; y también Brown, Sherman W..- "The Seville and the Valencia Editions of the Primera Parte of Tirso de Molina's Plays", in Modern Philology, 30 (1932-33), pp. 97-98] , a raíz del descubrimiento de Paterson de un folio inserto en “Privar contra su gusto” (folio 45v del manuscrito 15.675 de la Biblioteca Nacional de Madrid), con una lista de comedias de la “Primera Parte de las Comedias…”, coincidiendo con nueve de las publicadas en la edición sevillana, que llevaría a pensar en esta posible “Primera Parte” madrileña de 1.626, la cual pudo haber incluido “Privar contra su gusto”, “Celos con celos se curan” y “El condenado por desconfiado” en vez de “El árbol de mejor fruto”, “Amar por razón de estado” y “La gallega Mari Hernández”, que se incluyen en la edición de 1.627.
[Paterson, Alan K. G.- “Tirso de Molina: Two Bibliographical Studies”, in Hispanic Review, 35 (1.967), pp. 53-68.]

Mas no es posible argumentar la existencia de esta edición en virtud de lo expuesto por Paterson, que se basaba fundamentalmente en un añadido a mano que ponía 32, y que entendía que era la fecha de 1.632, pues rápidamente la profesora Ruth Lee Kennedy demostró que éste se había equivocado, que en el manuscrito no ponía 1.632, sino 38, refiriéndose más a otra cosa que a una posible fecha (tal vez a algo relacionado con la preparación de una nueva publicación).
[Kennedy, R. L..- "Did Tirso send to Press a Primera Parte of Madrid (1.926) which contained El condenado por desconfiado?", in Hispanic Review, 41 (1.973), pp. 261-274).]

El resultado es que no hay acuerdo sobre la existencia de la misma, siendo rechazada por Jaime Moll, quien afirma que

«en el estado actual de las investigaciones creemos que no se puede afirmar categóricamente la inexistencia de una edición madrileña anterior a la sevillana de 1.627. Pero todo conduce a negar su existencia. Las referencias a la edición madrileña, que nadie ha visto hasta el presente, se basan en el privilegio, fe de erratas y tasa de la emisión de 1.631, por lo tanto, en una base falsa que hay que rechazar. El privilegio de 1.624 permite afirmar la posibilidad de que se hiciese la edición. Pero de no haberse hecho en los meses anteriores a las medidas contra Tirso, vemos difícil que se hiciese posteriormente, teniendo en cuenta la prohibición implícita que se desprende de dichas medidas, la ausencia de Tirso de la Corte y la dificultad presumible de que un editor afrontase la edición ante un ambiente oficial contrario al comediógrafo. Es más, la existencia de una edición sevillana sin licencias, transformada posteriormente, en una segunda emisión, en una edición falsificada, con preliminares falsos, todo ello ante un mayor control de la administración, fruto de la pragmática de [13 de junio de] 1.627, creemos que apoya con bastante fuerza la inexistencia de una edición madrileña de 1.626».
[Moll, J..- El problema bibliográfico de la ‘Primera Parte de Comedias’ de Tirso de Molina”, in Homenaje a Guillermo Guastavino: miscelánea de estudios en el año de su jubilación como Director de la Biblioteca Nacional. Madrid, Asociación Nacional de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, 1974, pp. 85-94. __________ .- “Diez años sin licencias para imprimir comedias y novelas en los reinos de Castilla, 1625-1634”, in Boletín de la Real Academia Española, 54, (1974), pp. 97-103]

Igualmente opinan Vázquez, Ruth Lee Kennedy [Kennedy, Ruth Lee.- “Did Tirso send to press a «Primera parte» of Madrid (1626) which contained «El condenado por desconfiado»?”, in Hispanic Review, 41 (1973), pp. 261-274.], etc…

De ahí que actualmente se considere como edición “prínceps” de esta "Primera Parte..." la de Sevilla.

EDICIÓN PRÍNCIPE DE 1.626, REALIZADA EN SEVILLA, DE "EL CONDENADO POR DESCONFIADO"..

Sabemos que hubo una edición (primera?) de “El condenado por desconfiado” en 1.626, en Sevilla, realizada por Fajardo, según puso de manifiesto D. W. Cruickshank, cotejando un texto existente en la Biblioteca de Copenhague.
[Cruickshank, D. W..- ‘Some Notes on the Printing of Plays in Seventeenth-Century Seville’, The Library, V, xi (1989), pp. 231-252].

X. A. Fernández considera que ésta se editó tras ser rechazada su inclusión en la edición de la “Primera Parte”, de 1.627 en Sevilla.
[Fernández, X. A..- Las comedias de Tirso de Molina. Estudios y métodos de crítica textual. Vol. I. Pamplona-Kassel, Universidad de Navarra­, Reichenberger, 1991, pp. 438-439.]

SUPUESTA EDICIÓN DE 1.627, INSERTA EN UNA SUPUESTA "SEGUNDA PARTE DE LAS COMEDIAS DEL MAESTRO TIRSO DE MOLINA" EDITADA EN MADRID EN 1.627.

Esta es una edición de 1.627, referida por Schack:

“Segunda parte de las comedias del maestro Tirso de Molina, recogidas por su sobrino D. Francisco Lucas de Ávila. Madrid, 1.627”.

Fue calificada como dudosa por Menéndez Pidal e inexistente por Cayetano Alberto de la Barrera, que mostró en su "Catálogo biográfico y bibliográfico del teatro antiguo español" que el barón de Schack no pudo ver ninguna edición con esta fecha. Lo mismo opinó Cotarelo:

"¿cómo pudo, pues, hacerse impresión de esta [Segunda] Parte en 1.627 como supone Schack, ni menos en 1.616, como desde Baena acá han afirmado otros?. Todos, sin embargo, conocieron o aparentan conocer este pasaje; y es muy extraño que el sabio Hartzenbusch, que lo cita en sustancia, y hasta Barrera, diesen crédito a las palabras del ilustre alemán, cuya inexactitud es patente".

EDICIÓN CIERTA, INSERTA EN LA EDICIÓN DE LA "PARTE VEINTE Y UNA DE DIFERENTES AUTORES", FECHADA ENTRE 1625-1630.

Se le atribuye también a Tirso de Molina la obra "El condenado por desconfiado", inserta en el tomo “Parte Veinte y una de diferentes autores”, sin frontispicio ni preliminares, figurando como la quinta comedia, y que fue de Schaeffer, localizándose en la actualidad en la Biblioteca Universitaria de Feiburg im Breisgau (E-1032-g).
El alemán A. Schaeffer creía que databa hacia 1.640, y según D. W. Cruickshank y D. Rogers esta edición sería de antes de 1.650. Mas luego, Mari Grazia Profeti lo adelantó a entre 1.625-1.630.
[Schaeffer, A..- Ocho comedias desconocidas. Leipzig, 1.887, 2. Vols., pág. VIII.
Profeti, Maria Grazia.- La collezione “Diferentes Autores”. Zaragoza, Reichenberger, 1.988].

Existente ejemplar de esta obra en diversas bibliotecas (además de la mencionada en la de la Universidad de Friburgo, en la Real de Copenhague, y en la del Congreso de EE.UU.).

EDICIÓN CIERTA, DE 1.635, INSERTA EN LA "SEGUNDA PARTE DE LAS COMEDIAS DEL MAESTRO TIRSO DE MOLINA".

Segunda parte de las comedias del maestro Tirso de Molina recogidas por su sobrino don Francisco Lucas de Ávila [...], Madrid, Imprenta del Reino: a costa de la Hermandad de los Mercaderes de Libros desta Corte, 1635, f. 179v.º -201v.º .

Esta edición fue calificada taxativamente por Cotarelo como la "prínceps":

"las aprobaciones no dan lugar a duda, acreditando que en 1.635 fue cuando se estampó por primera vez y única vez."
No obstante, ya hemos visto más arriba la existencia de una edición, que hemos llamado "prínceps", de 1.626, en Sevilla.

EDICIÓN CIERTA, SUELTA, DE 1.660.

Propiedad de la Biblioteca de la Villa, de Lyon“El condenado por desconfiado. Comedia famosa del maestro Tirso de Molina, se ha fechado en 1.660.

EDICIÓN CIERTA DE TOMÉ DE DIOS MIRANDA DE 1.678.

Tomé de Dios Miranda fue el editor de "EL condenado por desconfiado" en Sevilla, en 1.678.
[Molina, Tirso de.- El condenado por desconfiado. Comedia famosa del Maestro Tirso de Molina. Sevilla, Tomé de Dios Miranda, 1.678].

EDICIÓN DE ENTRE 1.701-1800.

Ya fue señalada por Menéndez Pidal como edición suelta, sin lugar ni año, de la que existen en la Biblioteca Nacional tres ejemplares, bajo el epígrafe

“núm, 232. Comedia famosa. El Condenado por desconfiado del maestro Tirso de Molina”.

EDICIÓN DE MEDIADOS DEL SIGLO XVIII, DE FRANCISCO SANZ.

Según Menéndez Pidal se realizó en la imprenta de Francisco Sanz, en la calle de la Paz a mediados del siglo XVIII, titulándose “Comedia famosa…”.

LO QUE DICE LA CRÍTICA (breve repertorio).

AGUSTÍN DURÁN (1.789-1.862).

Agustín Durán atribuyó la paternidad de "El condenado por desconfiado" a Tirso de Molina, indicando que

«entre los dramas de asuntos religiosos merece una atención muy grande, por ser eminentemente romántico, el que escribió [Tirso de Molina] con título de “El condenado por desconfiado”: de él se hará a su tiempo un detenido análisis».
[cfr.: Durán, Agustín.- “Apuntes biográficos sobre el maestro Tirso de Molina”, in Talía Española o Colección de dramas del antiguo teatro español: sección que abraza desde principios del siglo XVII a mediados del XVIII, ordenada y recopilada por Agustín Durán. Madrid, 1.834, pág. 4.]

EUGENIO HARTZENBUSCH (1.806-1.880).

Eugenio Hartzenbusch en el “Teatro escogido de Fray Gabriel Téllez[(Vol. I. Madrid, Yenes, 1.839], reproducía los “Apuntes biográficos…” de A. Durán [pp. VII-XX], admitiendo como ciertas las afirmaciones de éste.

Luego, en el "Catálogo razonado de las obras dramáticas de fray Gabriel Téllez (el Maestro Tirso de Molina)", señalará:

«Resulta de lo que se cita que sólo hay en la "Segunda Parte de Tirso" cuatro comedias de Téllez, y que las otras ocho no son suyas, sino de varios autores, cuyos nombres no se nos declaran. Las cuatro comedias de Tirso de Molina, como se probará luego (a lo menos respecto de tres), son "Amor y celos hacen discretos", "Por el sótano y el torno", "Esto sí que es negociar" y "El condenado por desconfiado"(...)
"El condenado por desconfiado". Incluída. Representóla Figueroa. Este es el drama que, entre los doce de la segunda parte, contiene bellezas de orden más alto: por esto, por el papel del gracioso y varias escenas de bandoleros y gente perdida en que parece notarse el estilo de Téllez, se le atribuye con la autoridad del Señor Don Agustín Durán
».
[Hartzenbusch, Juan Eugenio (ed.).- Comedias escogidas de fray Gabriel Téllez (el Maestro Tirso de Molina). Biblioteca de Autores Españoles. Desde la formación del lenguaje hasta nuestros días. Vol. 5. Madrid, Rivadeneyra, 1.848, pp. XXXVII y XVIII].

ADOLF FRIEDRICH VON SCHACK (1.815-1.894).

A.F. von Schack, en su “Historia de la literatura y del arte dramático en España” mantuvo también la autoría de esta obra para Tirso de Molina:

«Mucho más importante, y quizá el más notable de todos los dramas religiosos que se han representado en España, es “El condenado por desconfiado”. Esta obra aparece con sello religioso propio de aquella época y que apenas comprendemos. Representa el contraste de la humildad y de la fe(… ) Aunque Tirso no hubiese escrito más que este drama tan admirable como profundo y conmovedor, no se le podría negar el nombre de gran poeta».
[Schack, A. F. von.- Historia de la literatura y del arte dramático en España. Vol. II. Madrid, pág. 602.]

MANUEL CAÑETE (1.822-1.891).

El académico y dramaturgo Manuel Cañete, continuó con esta tónica, afirmando en 1.862 que

«A mi modo de ver, “El condenado por desconfiado” [de Tirso de Molina] es, sin quizá, el más notable de nuestros dramas religiosos. Los mejores de Calderón logran rivalizar con él, nunca superarlo».
[Cañete, Manuel.- Discurso acerca Del drama religioso español antes y después de Lope de Vega. Escrito por Don Manuel Cañete, individuo de número de la Real Academia Española y leído en la Junta celebrada por dicha corporación el día 29 de setiembre de 1.862. Madrid, Manuel Tello, 1.862, pág. 32.]

MANUEL DE LA REVILLA MORENO (1.846-1.881).

Manuel de la Revilla mantuvo inicialmente la paternidad que Durán mantuvo para "El condenado por desconfiado",

"a pesar del desdén con que Ticknor habla de los dramas 'religiosos' de Tirso de Molina, tenemos de éste una producción notable de dicha clase por muchos conceptos de ser estudiada. Nos referimos al drama que lleva el título de 'El condenado por desconfiado', que es una de las obras eminentemente originales de nuestro teatro".
No obstante, dejó mención expresa de la propuesta de L. Fernández Guerra y Orbe sobre que esta obra sería de Ruiz de Alarcón, señalando que
"si esta opinión se confirmase el teatro del Maestro Téllez perdería una de sus más preciadas joyas".
[Revilla, Manuel de et Alcántara García, Pedro de.- Principios de literatura general e historia de la literatura española. Vol. II. Colegio Nacional de Sordo-Mudos y de Ciegos, 1.872, pp. 234-235.]

Tras analizar esta última propuesta, llegará al poco a cambiar de opinión y atribuirle la paternidad a Lope de Vega, como veremos más abajo.
` [Revilla, Manuel.- "El condenado por desconfiado, ¿es de Tirso de Molina?", in La Ilustración Española y Americana. Vol.I, XXIII (1.878), pp. 411-414]

PEDRO MUÑOZ PEÑA.

Para este catedrático del Instituto de Valladolid, que dedica en su obra un claro repaso hasta su momento de las diversas propuestas de autoría que se habían dado (Tirso de Molina, Lope de Vega, Mira de Amescua), "El condenado por desconfiado” es otra obra de Tirso de Molina:

no hemos encontrado nada en él que desdiga y se separe del sistema dramático seguido por Tirso, sistema dramático que en este poeta tiene un carácter personalísimo y particular suyo, así es que el plan del ‘Condenado’, los detalles, las escenas campestres y el estilo y lenguaje en general no permiten duda alguna de que no sea de Tirso, pues está todo conforme con los gustos y aficiones del padre mercedario; la versificación sobre todo tiene la espontaneidad, armonía y fluidez propias de Tirso (…)".
[Muñoz Peña, Pedro.- El teatro del maestro Tirso de Molina. Estudio crítico literario. Valladolid, Hijos de Rodríguez, 1.889, pág. 97]

E. COTARELO Y MORI (1.857-1.936).

Emilio Cotarelo y Mori añade un matiz a la atribución de "El condenado por desconfiado", al indicar que es obra de Tirso de Molina en su mayor parte, pero que hay añadidos de otra mano:

«Cuatro comedias dice Tirso que le pertenecen por entero, entre las doce de este tomo [de la “IIª Parte de las comedias del maestro Tirso de Molina”, publicada en Madrid, en 1.635]. Hartzenbusch ha demostrado mucho antes que el conde de Schack, que tres de ellas son: “Amor y celos hacen discretos”, “Por el sótano y el torno”, “Esto sí que es negociar”.
Respecto de la cuarta, se creyó unánimemente hasta hace algunos años, que lo fuese “El condenado por desconfiado”, y aún hoy mismo tiene distinguidos partidarios esta hipótesis. Procede, pues, que sin abandonar esta averiguación, estudiemos las demás obras, para ver si, según lo indicado, pueden tenerse en parte más o menos grande por Tirso de Molina(…)
…Una de ellas reúne, a mi juicio, las condiciones necesarias para juzgarla la cuarta de las obras que en esta “Parte” pertenecen por entero a Tirso de Molina.
Es la titulada “La mujer por fuerza”
[Menéndez Pelayo creerá que esta obra es de un discípulo de Tirso](…).
Como Minerva de la cabeza de Júpiter, salió “El Condenado” hecho y derecho de la fantasía de un hombre empapado en estudios teológicos. En el desarrollo se sigue la línea recta; no hay esas caídas o desfallecimientos que acusan la unión de más de una inteligencia para un mismo objeto. Pero ¿se deduce de esto que el drama esté escrito, tal como lo conocemos, por una sola mano? Creo que no; la versificación y el estilo son muy variables y acreditan que sufrió la redacción algunas reformas, sin tocar a la substancia ni al carácter de algunos personajes, al menos de los dos principales. Dados estos supuestos, ¿qué parte pudo tener Téllez en la composición de esta obra? Para mí, la principal: él debió concebir el plan, y escribir una buena parte de ella.».
[Cotarelo y Mori, E..- Tirso de Molina. Investigaciones bio-bibliográficas. Madrid, 1.893, pp. 87-88 , 97 y 105-106].

MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO (1.856-1.912).

M. Menéndez Pelayo adoptó el mismo planteamiento de atribución a Tirso de Molina, defendiéndola con argumentos que F. Florit Durán [Florit Durán, Francisco.- "En torno a una reseña y a un prólogo: Menéndez Pelayo y Tirso de Molina", in Boletín de la Biblioteca de Menéndez Pelayo, LXXXVIII, Nº 1 (2012,), pp. 185-200] considera sólidos:

«Mi opinión, acorde con la de Durán, se inclina a "El Condenado por desconfiado". Las razones que en estos últimos tiempos se han alegado contra esta atribución no me convencen ni poco ni mucho. El nervio teológico que hay en "El Condenado" no vuelve a encontrarse en drama alguno de nuestro teatro, ni siquiera en la brillante poesía alegórica de los autos de Calderón, cuya teología es de un género mucho más popular y menos escolástico. El autor de esta creación asombrosa (en su línea la primera de nuestra literatura) no pudo ser un mero creyente, sin más doctrina especulativa que la muy sólida, en verdad, que todo el pueblo español tenía en el siglo XVII. Con esa elemental doctrina religiosa se pueden hacer autos al Nacimiento, alegorías al Santísimo, comedias de vidas de Santos, leyendas dramáticas como el "Anticristo" de Alarcón; se pueden presentar conflictos admirablemente trágicos como los de "La Devoción de la Cruz" , "El Purgatorio de San Patricio" , "El Esclavo del demonio" , "La Fianza satisfecha"; pero no se puede escribir un drama de controversia dialéctica, rigurosa y precisa, como "El Condenado"; no se puede llegar a las entrañas y a lo más abstruso de la teología; no se puede revestir de luz poética los conceptos más radicales de la Ética cristiana, dramatizando la batalla entre la predestinación y el libre albedrío. Ni Lope ni Calderón, aunque tomasen las órdenes eclesiásticas en su edad madura, eran teólogos de profesión, ni menos lo fueron Alarcón y Rojas. El autor de El Condenado tuvo que ser un hombre avezado a la disputa silogística y al estrépito de las aulas, un ergotista de pulmones de hierro, profundamente versado en la ciencia de Báñez y Molina. ¿Y a quién de nuestros grandes dramaturgos podemos atribuir tal preparación escolástica, sino al que fué toda su vida Lector y Maestro de Teología, y dejó esculpidas sus glorias en el teatro o paraninfo de la Universidad de Alcalá, según el dicho de Cervantes? Sólo de la rara conjunción de un gran teólogo y de un gran poeta en la misma persona pudo nacer este drama único, en que ni la libertad poética empece a la severa precisión dogmática, ni el rigor de la doctrina produce aridez y corta las alas a la inspiración; sino que el concepto dramático y el concepto trascendental parece que se funden en uno solo; de tal modo, que ni queda nada en la doctrina que no se transforme en poesía, ni queda nada en la poesía que no esté orgánicamente informado por la doctrina.
Hay pues, que conservar al gran fraile de la Merced en la quieta y pacífica posesión de esta joya, que habrá sido grata sin duda a los ojos de Dios (podemos pensarlo piadosamente), y bastante para redimir otras obras más livianas, aunque bien inofensivas en el fondo.
Atribuírsela a Lope es imposible. Nadie más interesado que yo en la gloria de nuestro gran poeta nacional, de quien soy editor, aunque indigno. Pero Lope es inmensamente rico, y no necesita acrecentar su tesoro con los despojos de nadie. A su lado, y sin menoscabo de su gloria, brillan otros grandes ingenios, y a cada uno hay que conservarle lo que es suyo, para gloria común de nuestra patria, que tuvo la virtud suficiente para engendrar a un tiempo vates tan excelsos. Es cierto que hay en "El Condenado" una redondilla que con pocas variantes se lee en "El Remedio de la desdicha" , comedia de Lope; es cierto que las delicadas e idílicas escenas del pastorcillo son muy análogas a otras de "La Buena Guarda"; pero todo esto nada prueba en sustancia. Nuestros dramático del siglo XVII se imitaban, copiaban y refundían unos a otros sin escrúpulo, y como la fecha de la composición de "El Condenado" se ignora, lo mismo puede sostenerse que Tirso imitó a Lope, como que Lope imitó a Tirso. Claro es que la probabilidad de la invención original está siempre a favor de Lope, poeta de más edad que Tirso, y que era ya maestro universal de la escena española cuando éste comenzó a escribir; pero tampoco Lope, según indica su contemporáneo Ricardo del Turia y puede comprobarse en varios casos, se desdeñaba de aplicar a sus propias invenciones aquellos lances y pasos que más le agradaban o más éxito habían tenido en las ajenas. Sea como quiera, la imitación es en todo caso accidental; y no recae ni por semejas sobre el fondo del argumento: recórrase la numerosa serie de las comedias de santos de Lope, y no se hallará ni una sola que tenga aire de familia con "El Condenado". Lope, a pesar del título enteramente honorífico de Doctor en Teología , que le envió Urbano VIII, no sabía bastante teología para escribir "El Condenado". Por otra parte, carece de sentido el suponer que Lope, en el apogeo de su gloria, fuese a la celda de Tirso como un principiante oscuro a solicitar de él la limosna de que le imprimiese anónima una comedia suya; y ¡qué comedia! ¡Bueno era Lope, tan celoso de los intereses de su gloria literaria, para cometer una insensatez semejante! Sus comedias las publicaba por sí mismo, y no dejó de hacer tomos de ellas, mientras le duró la vida.
Es cierto que "El Condenado por desconfiado" no presenta muy de bulto los caracteres habituales de la dicción poética de Tirso, y que hasta por la constante gravedad de estilo y la sobriedad en la parte cómica, se aleja de la manera dominante en las obras más populares de su repertorio. Pero éstas no son su teatro entero, sino una pequeñísima porción de él, y bien miradas las cosas, no hay menor diferencia, por ejemplo, entre el género de "La Prudencia en la mujer" y el de "La Huerta de Juan Fernández" , con ser una y otra obras indisputables de Tirso. A tan grandes y soberanos ingenios no se les puede encasillar en una sola de sus manifestaciones. No conoce a Shakespeare quien conozca sólo cuatro o cinco de sus grandes dramas, o al revés, cuatro o cinco de sus comedias. La singularidad de estilo de "El Condenado", la mayor atención que en él se presta al concepto y menor a la expresión, la relativa pobreza de su forma poética, que parece calculada para no abrumar en demasía y oscurecer con inoportuno follaje el pensamiento que el autor quería tener siempre fijo en la mente de sus espectadores, son consecuencia natural del tema elegido; y a un drama excepcional sin duda entre los de Tirso (aunque en "El Mayor desengaño" , y en otras comedias de santos, mostró que no le faltaban alientos para repetir la tentativa) correspondía una ejecución algo insólita también, y apartada de su estilo más habitual. Al revés de lo que suele acontecer en nuestros poetas del siglo XVII, El Condenado por desconfiado está admirablemente pensado y sólo medianamente escrito. Tal contraste, mucho más de reparar en Tirso, que considerado como hablista y escritor es sin disputa el primero de todos ellos (sin exceptuar al mismo Alarcón, más correcto acaso, pero más pobre y más seco), es lo que más ha hecho vacilar a la crítica, y lo que todavía hace que muchos conserven dudas sobre este punto. La concepción es reflexiva y madura; la ejecución parece rápida e improvisada.
Para explicar estas deficiencias de estilo, supone el señor Cotarelo, tomando un término medio, que el plan y muchas escenas de "El Condenado" son de Tirso, pero que en el texto actual hubo de intervenir la mano de algún colaborador o refundidor. Ambas hipótesis, aunque ingeniosas, me parecen inadmisibles. La primera, porque si hay obra que excluya toda idea de colaboración es "El Condenado" , cuya poderosa unidad orgánica es uno de sus méritos más patentes. La segunda, por parecerme de todo punto inverosímil (como ya queda dicho) que Tirso llevase su longanimidad hasta el extremo de imprimir, en vez de sus propias comedias, refundiciones estropeadas por otros.
Y no admitiendo como de Tirso "El Condenado por desconfiado" , ¿cuál podría ser la cuarta comedia de este tomo que íntegramente le perteneciese? No "Cautela contra cautela" ni "Siempre ayuda la verdad" , ya que todo el mundo conviene en reconocer en ambas comedias intervención de dos manos, una seguramente la de Tirso, otra probablemente la de Alarcón. A una u otra de estas dos obras (cada cual en su línea muy notables) hubo de aplicarse el epigrama famoso. No tampoco las dos partes de la "Próspera y adversa fortuna de D. Álvaro de Luna", que son continuación de la "Próspera y adversa fortuna del condestable Ruy López de Avalos" , drama muy profundamente histórico del murciano Damián Salustio del Poyo, cuyo estilo, mezclado con el de Tirso, domina también en estas dos comedias de D. Álvaro de Luna, que, sin gran escrúpulo, pudieran creerse nacidas de la colaboración de ambos ingenios, si no complicara la cuestión otra "Adversa fortuna de D. Álvaro" que con nombre de Damián Salustio se imprimió en la mal llamada Parte 3.ª de Lope. De Alarcón no alcanzo a descubrir ningún rasgo, a pesar de la manía que en estos últimos tiempos ha habido de aumentar su caudal dramático atribuyéndole toda comedia expósita. "La Reina de los Reyes" es una obra tan baladí, que puede ser de cualquiera, pero que cuesta trabajo atribuir a Tirso, ni en todo ni en parte. "Quien habló, pagó" vale más, pero tampoco tiene nada de orden muy relevante ni que sea forzoso atribuir a un gran poeta. No sucede lo mismo con algo (muy poco) de "Los Amantes de Teruel"; pero todo lo demás es tan incongruente y desconcertado, y, sobre todo, está tan mal escrito, que es imposible que sea ni de Téllez, ni de Alarcón, ni siquiera de Damián Salustio, ni de Fr. Alonso Remón, ni de ningún otro poeta bueno, aun entre los de segundo orden. El autor de este drama trágico (si fue uno solo) o el colaborador que le llenó de broza sería quizá el propio sobrino del poeta o algún fraile Mercenario aficionado a las letras, y cuyos borrones tuvo Tirso la caridad fraternal de estampar entre los suyos.
Resta una comedia, "La Mujer por fuerza" , y en ella hace hincapié el señor Cotarelo, para suponer que ésta y no "El Condenado" es la cuarta obra exclusiva de Téllez. Pero más bien parece obra de un imitador y de un discípulo. Por otra parte, el recurso de disfrazar una mujer, ofendida o celosa, en hábito de varón, aunque sea frecuentísimo en el teatro de Tirso y sugiera a su malicia más situaciones y efectos cómicos que a ningún otro poeta, dista mucho de ser invención ni patrimonio suyo. Esta forma de enredo, picante y resbaladiza (no desconocida en la comedia latina), era ya casi obligada en la comedia italiana del Renacimiento, comenzando por la obscenísima Calandria del Cardenal Bibbiena, representada en tiempo de León X; de allí pasó a las comedias de Lope de Rueda y sus secuaces, y, finalmente, entró, como entraron todas las invenciones dramáticas actuales y posibles, en el inmenso río del teatro de Lope de Vega. Por lo mismo que "La Mujer por fuerza" se parece tanto a otras fábulas de Tirso y hasta las calca servilmente, no veo la necesidad de admitir que sea suya. Tirso, aun abusando de este dato, sabía diversificarle de un modo prodigioso: compárense, por ejemplo, "La Villana de Vallecas" y "Averígüelo Vargas" , "El Amor médico" y "Don Gil de las Calzas Verdes".»
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[Menéndez Pelayo, M.- “Tirso de Molina”, in Estudios de Crítica literaria. II Serie. Madrid, 1.895, pág. 176 y ss]

Idea que repetirá en numerosos textos suyos, como por ejemplo:
El condenado por desconfiado, admirable pieza que generalmente pasa por obra del maestro Tirso de Molina”.
[Menéndez Pelayo, Marcelino.- Obras de Lope de Vega. Tomo V. Comedias de vidas de santos y leyendas piadosas (Conclusión). Comedias pastoriles. Madrid, RAE-Rivadeneyra, 1.895, pág. XLI].

RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL (1.869-1.968).

Menéndez Pidal siguió también las tesis de Durán, que no discutió.
[“El condenado por desconfiado”, in Estudios Literarios, pág. 10].

SYLVANUS GRISWOLD MORLEY (1.890-1.956).

El hispanista y experto lopista S. G. Morley también señaló como autor de "El condenado por desconfiado" a Tirso de Molina.
[Morley, S. G..- "The use of Verse-Forms (Strophes) by Tirso de Molina", in Bulletin Hispanique, VII (1.905), pp. 387-408]

AMÉRICO CASTRO QUESADA (1.885-1.972).

Américo Castro editó la obra sin discutir la autoría de Tirso de Molina.
[Castro, Américo.- “Introducción”, in El condenado por desconfiado.: comedia. Tirso de Molina. Madrid/Barcelona, Calpe, 1919].

BLANCA DE LOS RÍOS DE LAMPÉREZ (1.859-1.956)

Blanca de los Ríos también mantuvo la autoría tirsiana. Supuso sin aportar razones objetivas que la obra la escribiría Tirso entre 1.614-1.615, tras sus estudios en Salamanca (idea rechazada por Martín Ortuzar [Ortuzar, Martín.-«El Condenado por desconfiado» depende teológicamente de Zumel, in Estudios, 10 (1948), págs. 7-41] que la dató de entre 1.608-1.612, al poco de morir Zumel, doctrina del cual parece claramente que se expone y defiende en la obra. Hoy se hace más hincapié en que debió escribirse entorno a 1.627, puesto que el autor hace mención expresa a una obra del cardenal Belarmino, titulada "De arte bene moriendi", publicada en 1.620 y traducida al castellano en 1.624, donde aparece una décima de Tirso, como pusieron de manifiesto Ciriaco Morón y Rolena Adorno).

A pesar de que esta estudiosa intentó aportar una serie de argumentos para proponer la autoría de "El condenado por desconfiado" a Tirso de Molina [Ríos, Blanca de los (ed.).- Tirso de Molina. Obras dramáticas completas. Vol. II ("Preámbulo" a "El condenado por desconfiado"). Madrid, Aguilar, 1.962, pp. 430 y ss.], sus "pruebas" adolecen de ser contundentes (recordemos que ya nos advirtió Menéndez Pelayo sobre ésta, diciendo que «su viva y poética fantasía puede llevarla quizás a exagerar la importancia de algún dato o a establecer alguna combinación arbitraria»), como ya señaló A. Rodríguez, porque

"las pruebas más fuertes de autoría se basaban en el parentesco indudable entre escenas, pasajes o personajes de "El condenado", "El burlador de Sevilla" y "La Ninfa del cielo".
[Rodríguez López-Vázquez, Alfredo.- "Andrés de Claramnte y la autoría de 'El condenado por desconfiado'", in Lope, Tirso, Claramonte. La autoría de las comedias más famosas del siglo de oro. Kassel, Reichenberger, 1.999, pág. 31.]
Es decir, sobre obras de las que también se duda que sea el autor Tirso de Molina.

LUDWIG PFANDL (1.881-1.942)

También mantuvo este hispanista la autoría de Tirso de Molina para la obra que estamos analizando.
[Pfandl, L.- Historia de la literatura nacional española en la edad de oro. Madrid, Sucesores de Juan Gili, 1.933, pág. 659].

GIOVANNI MARIA BERTINI (1.900-1.995).

El romanista e hispanista italiano G. M. Bertini realizó una edición de "El condenado por desconfiado", sin discusión posible sobre la autoría de Tirso de Molina, siguiendo las precedentes de Hartzenbusch y Américo Castro, y poniendo en valor en su breve estudio el papel del "gracioso" como contrapunto del personaje principal en las comedias religiosas, cuyo origen lo constata en el Libro de Buen Amor y El Quijote.
[Bertini, Giovanni Maria (ed.).- Tirso de Molina. El condenado por desconfiado. Torino, G. B. Paravia-C. R. Univ. Torino, 1.938]

NICOLÁS GONZÁLEZ RUIZ (1.897-1.967)

Conformista se mostró el periodista y crítico literario N. González, afirmando:

"Admitiremos, de todos modos, que Tirso escribió 'El condenado', como acepta la mayoría, mientras lo contrario no quede a la luz de una plena y cabal demostración".
[González Ruiz, Nicolás.- Piezas maestras del teatro teológico español. Vol. 2. Madrid, Editorial Católica, 1.946, pág. XVIII].

ÁNGEL GONZÁLEZ PALENCIA (1.889-1.949).

El conquense A. González Palencia realizó una edición a nombre de Tirso de Molina de "El condenado por desconfiado".
González Palencia, Ángel (ed.).- Tirso de Molina. El condenado por desconfiado. Zaragoza, Ebro, 1.946.]

JUAN LUIS ALBORG ESCARTI (1.914-2.010).

Asimismo, J. L. ALborg mostró su acuerdo a favor de la teoría de Tirso de Molina como autor de "El condenado por desconfiado":

«No podemos seguir en detalle el curso de la polémica; baste decir que la opinión de Menéndez y Pelayo ha sido compartida por Cotarelo y Mori, Menéndez Pidal, Américo Castro, S. G Morley y, sobre todo, por doña Blanca de los Ríos, que ha defendido tenazmente la atribución con razones que nos parecen concluyentes y a las que, en consecuencia, nos atenemos.».
[Alborg, J. L..- Historia de la Literatura Española. Época Barroca. Vol. II. Madrid, Gredos, 1.999, pág. 436].

MARÍA DEL PILAR PALOMO VÁZQUEZ

Aunque analiza y trata "El condenado por desconfiado" como obra de Tirso de Molina, mantiene cierta ambigüedad, recordando que

"Sobre la obra pesa aún en cierto sector crítico la inseguridad de su atribución tirsista. Contenida en la Segunda parte de las comedias de Maestro Tirso de Molina (Madrid, 1635), no se ha podido determinar aún su paternidad"
[Palomo, María del Pilar.- "La creación dramática de Tirso de Molina" (I y II), in Espéculo: Revista de Estudios Literarios, Nº. 7 (1.997-1.998) y Nº 8 (1.998).

MANUEL PENEDO REY

El padre Manuel Penedo, en su "Introducción" a la edición de la "Historia de la orden de Nuestra Señora de las Mercedes" de Tirso de Molina, propuso en 1.973 que "El condenado por desconfiado" tuvo como inspiración para Tirso un modelo vivo para Paulo (y luego para Don Juan Tenorio en el "Burlador de Sevilla"). Éste sería un tal fray Pedro Franco de Guzmán, pariente del conde-duque de Olivares, compañero de residencia de Tirso en Madrid durante un tiempo, que reunió en él los rasgos más característicos de Paulo: se reía de los santos y de la religión, que estaba preocupado por la predestinación, y que fue acusado ante la Inquisición de "filojudaísmo, temerario en la fe, irreligiosidad, menosprecio de los Padres Antiguos o del yermo y otros cargos". Además, en el proceso que tuvo lugar contra él, uno de los testigos dijo que era "hombre inquieto y que se jata de descender de don Pablo de Cartaxena, Obispo de Burgos y de un hombre que es común opinión en tierra de Burgos, que se llevó el diablo en cuerpo y alma".
Dice el padre Manuel Penedo que, fruto del rencor de este Pedro Franco hacia Tirso de Molina y su influencia con su pariente el conde-duque de Olivares, se explicarían, además, dos cuestiones: su destierro de Madrid en 1.525 y la imposibilidad de distribución de la "hipotética" "Primera Parte de Comedias" de 1.626, publicada en Madrid y que contendría "El condenado por desconfiado", según hemos hecho mención más arriba.
[Penedo Rey, Manuel (ed.).- Fray Gabriel Téllez. Historia de la Orden de Nuestra Señora de las Mercedes. Vol. I. Madrid, Revista Estudios, 1.973, pág. CXXIX, pág. CXXXIII y pág. CXXIII respectivamente.]]

EDWARD MEYON WILSON (1.906-1.977) Y DUNCAN MOIR.

Mantuvieron E. M. Wilson y D. Moir la autoría de Tirso también:

"Tirso es conocido sobre todo por dos obras verdaderamente magistrales, 'El burlador de Sevilla' y 'El condenado por desconfiado', aunque parte de la crítica ha negado que ambas fueran suyas. No obstante, abundando en la opinión de la mayor parte de los tirsistas, creemos que las dos son de su pluma. Por sus temas, su acción y su estilo poético y dramático encajan perfectamente dentro del conjunto del teatro de Tirso (...)
Tirso publicó 'El condenado' en su 'Segunda parte' (Madrid, 1.635). En la dedicatoria de este volumen afirmaba que cuatro obras de las que figuraban en él no eran suyas [sic, error de los hispanistas británicos, pues sabemos que es al revés, afirmaba que cuatro eran suyas y ocho no]; semejante afirmación pudo haber sido un medio de defensa propia, y en cualquier caso, no tenemos la menor duda de que él es el autor de 'El condenado'".
[Wilson, E. M. et Moir, D..- Siglo de Oro. Teatro, in Jones, R. O. (dir.).- Historia de la Literatura Española. Vol. III. Barcelona, Ariel, 1.974, pp. 145 y 150.]

ANTONIO PRIETO MARTÍN

El profesor A. Prieto ha mantenido también la paternidad de Tirso a lo largo de sus ediciones.
[Prieto, Antonio (ed.).- Tirso de Molina. El vergonzoso en palacio. El condenado por desconfiado. Barcelona, Planeta, 1.982
________ .- Tirso de Molina. El burlador de Sevilla. El condenado por desconfiado. Barcelona, Orbis, 1.983.
________ .- Tirso de Molina. El burlador de Sevilla. El condenado por desconfiado. Barcelona, Altaya, 2005.]

LUIS VÁZQUEZ.

Tampoco discute la autoría de "El condenado por desconfiado", a la hora de analizar la creación y lenguaje poético tirsiano.
[Vázquez, Luis (ed.).- Tirso de Molina. Diálogos teológicos y otros versos diseminados. Zaragoza, Reichenberger, 1.988.]


...Y muchos estudiosos más que podíamos seguir señalando en esta línea tradicional...

En la III Parte de esta entrada hablaremos de las otras atribuciones que ha tenido "El condenado por desconfiado".


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